domingo, 19 de junio de 2011

Nicolas Jaar - Space is only noise (2011, Circus Company)

Si los genios creativos de LUN estuvieran más atentos, habrían descrito el ascenso de Nicolás Jaar con el siguiente titular: "El otro niño maravilla que triunfa en el extranjero". Pero como esto no se trata de fútbol ni de Alexis Sánchez, The Guardian se les anticipó y ungió al hijo del imprescindible artista Alfredo Jaar como "el niño prodigio de la música electrónica". El periódico británico, el sitio Pitchfork.com y los medios musicales más influyentes coinciden en que Space is only noise, el debut en largo del chileno de 21 años, se ubica entre lo mejor del año.

Alto. ¿Dijimos chileno? ¿Nicolás Jaar es chileno? ¿Importa acaso?
Jaar nació, vive y estudia en Nueva York, donde está radicado su padre desde 1982, pero pasó su infancia en Santiago. Es tan chileno como chilenos son Matías Aguayo o Ricardo Villalobos, dos de los nombres más respetados de la electrónica global, y a fines del año pasado fue invitado en calidad de chileno al mexicano festival Cervantino, junto a representantes como Dandy Jack, Andrés Bucci, Los Updates y el colectivo Cómeme, curiosamente todos radicados en el exterior. Pero las certificaciones patrióticas son muy literales, persiguen la pureza, y la música de Nicolás Jaar viaja en la dirección opuesta, por lo que el tema de la nacionalidad es apenas una excusa para hablar de su trabajo y una oportunidad para ponerle la atención que merece. Porque si en los singles y epés que Nicolás Jaar viene editando periódicamente desde 2008 para diversos sellos y en su propia etiqueta, la muy recomendable Clown and Sunset, anticipaba un talento inusual, enSpace is only noise alcanzó algo parecido a la madurez. A los 21 años.

Definir la música de Jaar como electrónica sería pura mezquindad, porque si bien hay house ralentizado,ambient finamente texturizado y pulsos downtempo, el protagonismo de las múltiples voces sumadas a los pianos impresionistas, los samples de jazz y soul y un notable uso de los silencios configuran una obra que escapa a las clasificaciones y nos enfrenta a algo que con propiedad puede llamarse "contemporáneo". La sutileza con que distribuye los elementos armónicos, los beats justos y la voz robótica de "Colomb"; la fuerza contenida, las cuerdas tensas y la sensualidad con que canta en "Too many kids finding rain in the dust"; los ambientes nocturnos que crea con muestras vocales, de pianos y de vientos jazzeros en "Keep me there" y "I got a woman" y el manifiesto sonoro que propone en "Space is only noise if you can see" entre piezas breves que potencian las canciones, dotan de una espesura infrecuente a este disco, que ofrece sorpresas con cada nueva escucha.

Nicolás Jaar es un vocalista dúctil, un pianista atinadísimo y un productor magnífico, y así lo reconocen desde todos lados, tanto que es número fijo en los próximos festivales Sónar de Barcelona y Glastonbury de Inglaterra. Si lo presentan como neoyorquino o chileno es tan irrelevante como un titular de LUN: estamos uno de los mejores discos del año, y su autor recién debuta.



Publicado en Mus.cl en abril de 2011